¿Qué puede pasar si juntas a 12 jóvenes sin ninguna relación entre sí, les das un ambiente agradable, y les propones un interesante tema de conversación? Pues eso mismo, que se sumerjan en un profundo debate y que terminen con ganas de cambiar el mundo. Su mundo. Y por extensión nuestro mundo.
Esa es la fórmula que hemos utilizado para celebrar el Día Internacional de la Juventud en Ciudad Rodrigo: el pasado 12 de Agosto, la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo reunió a doce jóvenes de ambientes muy diferentes para tomar un refresco en los jardines del Parador de Ciudad Rodrigo y la tertulia se volvió tan interesante que se alargó más de lo previsto.
Rompemos el hielo con una pregunta sencilla pero profunda: ¿qué piensan los jóvenes de Ciudad Rodrigo sobre su municipio? y la primera reacción nos llega directa: Ciudad Rodrigo “se muere”. No quiere decir que sea un municipio muerto, sino que si no intervenimos de manera urgente, Ciudad Rodrigo se va quedando sin opciones para los y las jóvenes, que no encuentran aquí posibilidades para desarrollarse personal ni profesionalmente. No sabemos de quién es la culpa, si del sistema educativo que nos hace ciudadanos pasivos en espera continua de que nos den las cosas hechas, o la falta de recursos específicos para la población joven (en materia de orientación laboral, emprendedurismo, ocio, deporte…), pero lo que está claro es que Ciudad Rodrigo es un municipio que se podría explotar más y mejor pero no se está haciendo.
Se presenta a priori un panorama oscuro para la juventud del municipio, y sobre todo, cuando una de las conclusiones mayoritarias es que «falta motivación». Lo dice claramente Alberto: «¿Por qué voy a hacer algo aquí, si tengo claro que no voy a poder quedarme», ¿Para qué iniciar algún proyecto, algún voluntariado, algún movimiento, si tengo claro que mi futuro está en otra parte con más opciones?
Pero la respuesta también es contundente: porque Ciudad Rodrigo nos importa, y tampoco es malo poder salir fuera para coger perspectiva y poder ver lo que SI se está haciendo: se ve que empieza a haber movimiento, hay amplia oferta de actividades, hay alguna que otra iniciativa interesante (eventos deportivos, ferias,…) e incluso hay gente que se está organizando para comenzar su propio movimiento (La Fábrica, Centro Social Aldea,…). Es ahí, en la distancia, cuando te surge el sentimiento de orgullo y pertenencia farinato.
Y es que al final terminamos «entrando al trapo», porque el/la joven de Ciudad Rodrigo es vago y poco receptivo a cosas nuevas, pero sólo necesitan alguien o algo que les pegue un empujoncito ¿la fórmula? informar, insistir, informar, insistir, insistir, insistir… y para ello es fundamental hacer buenas campañas de comunicación efectivas y completas, basadas en la información personal y directa a la persona.
Está claro, no todas las personas son proactivas (no todas tienen capacidad para moverse y participar por sí solas) pero eso no quiere decir que los que no participen, ya lo dijo Sonia: «Hay gente que tiene iniciativa y hace cosas. También hay gente que no tiene iniciativa, pero eso no significa que no quieran hacer cosas”, hay que llegar hasta ellos. Y eso no es un trabajo de hoy para mañana, es un proceso largo y contínuo.
Espués de toda charla, terminamos con la sensación de que Ciudad Rodrigo es un pueblo con ganas de ser una ciudad, y para eso hay que trabajar, implicarse y moverse. Ya se está empezando a ver ese movimiento, pero no podemos dejarnos comer terreno, no se puede parar el carro y tenemos que estar todos/as subidos.
Por cierto, al inicio de la dinámica les dimos a cada joven una tarjetita, y les pedimos que escribiesen un mensaje para el resto de jóvenes de Ciudad Rodrigo, y esto es lo que os quieren decir: